Realmente la actuación de nuestro equipo esta noche no tiene calificativos, recibir un 4-0 en el encuentro de ida de los 4° de final, es casi lo mismo que despedirse de la Copa Libertadores.

No se puede entender como regalamos el partido, las Chivas nos convirtió tres tantos en los primeros 20 minutos del complemento (el otro fue en el descuento de la etapa inicial).

El que no vio el encuentro pensará que exageramos si decimos que el 4-0 final fue negocio para nosotros, porque el cotejo realmente daba para una goleada mucho mayor, nuestros jugadores parecían dormidos, principalmente en los centros al área que eran similares a un penal, por el riesgo que nos ocasionaban.

Hacía rato que no recibíamos una humillación de este tipo, estábamos perdiendo y no se notaba una actitud para ir a buscar el partido, los jugadores locales se divertían en el terreno y nosotros parecíamos espectadores de lujo.

Encima todos los goles fueron evitables: En el 1° Cagna cabeceó mal y le dejó el balón servido al jugador visitante; en el 2°, Calvo (como de costumbre) perdió la marca, le ganaron su espalda y chau; en el 3° y el 4° remataron desde casi 30 metros de distancia, ante la mirada atónita de nuestros futbolistas.

Al margen del partido, hay que destacar la gran cantidad de simpatizantes Xeneizes que se acercaron hasta México, los cuales alentaron sin parar, hasta cuando el cotejo estaba 4-0.

La revancha ante las Chivas se disputará el martes 14, en la Bombonera, a partir de las 21:15 hs. Como único consuelo podemos decir que en esta Copa, como locales, siempre goleamos: llevamos 14 tantos en cuatro presentaciones (dos 3-0 y dos 4-0). Como dice el refrán: “Soñar no cuesta tanto…”