Sin lugar a dudas que “El Jugador Nº 12” (como se la conoce mundialmente a nuestra hinchada) es también parte de este Torneo Apertura que conseguimos ayer, tras la victoria 2-1 frente a Olimpo, en Bahía Blanca.

Miles de simpatizantes (la mayoría sin entrada porque nuestros dirigentes se las repartieron entre ellos) viajaron a Bahía Blanca con un único objetivo: ver a Boca Campeón.

Desde muy temprano empezaron a llegar al hotel donde estaban concentrados los jugadores: los micros; combis y autos que transportaron a gran parte de los hinchas que luego coparon la tribuna del estadio de Olimpo.

El primer objetivo era conseguir la localidad para ingresar a la cancha, la mayoría cumplió con su cometido y los que no pudieron, igualmente lograron entrar al estadio.

Una vez a dentro, la fiesta fue impresionante, desde la previa hasta la consagración. Lo más conmovedor fue el aliento ensordecedor, cuando Gimnasia LP (equipo que nos quería sacar la corona) consiguió el 1-0 y podía llevarse el campeonato si es que Olimpo nos marcaba un gol. Por eso somos diferentes al resto, cualquier otra hinchada en una situación similar se hubiera quedado callada hasta el pitazo final.

Es difícil de contar la algarabía que se vivió luego del partido, la mayoría de los simpatizantes se quedaron un buen rato delirando en la tribuna, a pesar de que los jugadores ya se habían ido al vestuario.

Afuera, las calles estaban pobladas con colores azules y amarillos, toda Bahía estaba convulsionada por el título Xeneize. La gente de la ciudad no entendía la euforia y los festejos de los hinchas provenientes de Buenos Aires.

Obviamente el regreso en caravana fue algo inexplicable, que sólo lo sabrán los que tuvieron la dicha de estar ahí.

Hay algo que les tiene que quedar bien en claro a todos los anti-Boca: Nosotros salimos campeones dentro de la cancha, pero también en las tribunas.