Imperdible: Un socio de la Agrupación le dedicó un extraordinario cuento a Martín Palermo

A continuación, les mostraremos un imperdible cuento escrito por Ricardo Poilischer, integrante de nuestra Agrupación, el cual fue entregado al mismísimo Martín Palermo por intermedio de su familia, en el partido contra Colón de Santa Fe, correspondiente a la 13ª fecha del Torneo Apertura.
No hay mucho para agregar, simplemente lean y disfruten…
“El cazador de sueños”La tarde se apagaba en un mar de viento y lluvia, los relámpagos iluminaban el negro cielo y si hacia falta un panorama mas infernal, los truenos sacudían el silencio atónito de un estadio repleto e inmóvil.
Una tarde perfecta para quedar eliminados de la Copa Mundial de 2010 en Sudáfrica.
El partido se iba y lo que se presagiaba como un trámite, estaba terminando como la peor de las pesadillas, Perú , un débil equipo por aquellos año , había empatado en uno faltando nada.
Quedaban apenas unos segundos para cambiar la historia. Muy pocos. Nada.
Faltaba nada para cualquiera, no para él………
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Cuando recuerdo aquella tarde, hace ya tanto tiempo, me invade una mezcla de nostalgia y una paz infinita.
Me lleva también a la infancia, cuando, como cada chico nacido en esta tierra, soñaba con las mil y una hazañas futboleras.
No había un niño, como ahora, que no se fuera a dormir soñando con convertir el gol del triunfo sobre la hora, con ser el líder de la victoria más emotiva, con dar vuelta el resultado más difícil. En definitiva, con ser el paladín de la película cuyo guión imaginábamos en nuestras mentes y nuestros corazones y donde indefectiblemente nos transformábamos en héroes, donde nos envolvían los aplausos y la admiración, donde nos reflejábamos en la felicidad que habíamos provocado en miles de ojos azorados.
Sin embargo, para la mayoría de nosotros, solo se trataba de eso, fantasía de pibe, sueño de hombre.
Más temprano que tarde, la vida nos llevó por otros rumbos, donde todo se hacía más previsible, más común, más gris.
No nos convertíamos, precisamente en lo que habíamos imaginado.
Nadie sueña, estando en sus cabales, con ser empleado, con tener más o menos suerte en la Bolsa, con ser felicitado por un jefe.
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El partido de ida por los octavos de final de la tan deseada y demorada Copa Libertadores, había sido una derrota de visitantes y por la mínima diferencia con el eterno rival.
El, nuestro delantero centro, el goleador, se había roto los ligamentos cruzados hacía ya seis largos meses.
Ya estaba entrenando, pero era muy dudoso que pudiera reaparecer.
En la sufrida revancha, pudimos ponernos en ventaja, pero faltaba un gol para clasificar.
De pronto, él, cuya tenacidad para recuperarse lo llevó a integrar el banco de suplentes, se levantó para precalentar y la energía que recorrió el estadio en ese momento aún hoy me provoca electricidad.
Todos, absolutamente todos los presentes, propios o extraños, supimos, como recibiendo al oído un secreto divino, que algo iba a pasar.
Y pasó, porque el rival no soportó su luz y enseguida vino un gol más, el necesario.
Pero faltaba más, faltaba más….
Y recibió un centro atrás, y se acomodó, y la puso ahí, bien pegada al palo, para que el partido terminara como debía, con la pelota en el arco y sus lágrimas en el césped.
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Apenas veo, hoy por hoy, y moverme requiere cierta habilidad que se adquiere cuando los huesos no responden como debieran.
Pero no me quiero ir.
La vejez de un hombre puede ser algo muy placentero si al final del camino sabe que ha cumplido con todo y con todos.
Y yo lo he hecho, y lo que no, claro, él lo ha hecho por mi.
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El equipo venía mal, muy mal, jugábamos contra el mejor en ese momento, y, con algo de suerte y algo de tesón, se había logrado empatar en dos.
Pero un empate no servía, quedábamos lejos de todo.
El arquero de ellos rechazó una pelota profunda, le envió lejos, con la convicción de quien sabe lo que hace.
Pero él, porque solo él era capaz, la cabeceó con toda su alma desde una distancia imposible hasta para los que poseen una patada descomunal, y la pelota se elevó, cruzó la noche y fue a descansar ahí, a la red, para seguir su recorrido alrededor del mundo.
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He visto jugar a Maradona, y cada gol que hizo en el club, lo vino a festejar allí, donde yo estaba.
Por supuesto que esto no era más que una sensación, ya que a todo el mundo le parecía lo mismo.
Por eso llegué a pensar que su magia residía ahí, precisamente.
Como esos cuadros que uno mira y parece que los ojos del retrato lo siguieran, pero en realidad es un efecto óptico.
También he visto jugar a Gatti, y he sonreído ante cada jugada que hacía, ante cada lance, ante cada atajada .Porque todo lo hacía risueño.
Pero él fue distinto.
Los creyentes sostienen que el hijo de Dios vino al mundo para llevarse con él todos los pecados del Hombre.
Del mismo modo les puedo decir que este Hombre, de quien hablo, tenía la capacidad de cazar nuestros sueños y cumplirlos, tenía, creo yo, la misión de devolvernos lo que habíamos perdido en el camino.
Porque cada gol que hacía , no era ya que nos parecía que lo venía a festejar con cada uno y con todos , era como que lo habíamos hecho nosotros mismos , como si cada uno estuviera por unos segundos , dentro de ese cuerpo alto y espigado , como beneficiarios de un regalo celestial , para poder ser el que quisimos alguna vez.
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La noche aquella de la lluvia y los truenos y la oscuridad, no se veía nada, ni veían los que estaban en el estadio, ni veíamos los que estábamos frente a la televisión.
Pero cuando la pelota entró, todo supimos quien la había empujado.
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Estoy en paz, he tenido una vida buena y los sueños que no he podido cumplir, él los ha cumplido en mi lugar.
Y si aún puedo escribir, es porque todavía conservo un poco de aquella energía, de esa electricidad con sabor a fe, que él desparramó cuando se levantó del banco de suplentes aquel 24 de mayo de aquel inolvidable año 2000.
Él, Martín Palermo, el que se disfrazó de jugador de fútbol, para devolvernos los sueños que nos pertenecían y que creíamos perdidos para siempre.
Buenos Aires, Octubre de 2036
Recordando a los ídolos Xeneizes: En esta oportunidad el elegido es Roberto Mouzo

Nunca está de más recordar a aquellas glorias Xeneizes que nos dieron innumerables alegrías cuando tuvieron que defender la azul y oro, por eso, a continuación publicaremos unas líneas que un socio de Boca Juniors y de esta Agrupación le dedicó a uno de los máximos ídolos de la historia del Club:
Roberto Mouzo.
Por: Eduardo Blanco.
Roberto Mouzo nació el 8 de enero de 1953 en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Llegó a la Novena de Boca en 1967 y debutó en Primera el 7 de noviembre de 1971 en el partido que se jugó en Mendoza ante Godoy Cruz por el Nacional de ese año y que finalizó igualado 2 a 2.
Creemos que no existen las palabras para hablar o describir a Roberto Mouzo como jugador y como persona. Un futbolista que lleva a Boca Juniors en su corazón, en el alma, en las venas... No en vano es el futbolista que más jugó en toda la historia de nuestro club: 396 encuentros oficiales. Además junto al recordado Silvio Marzolini, son los futbolistas que más superclásicos oficiales, disputaron: 29 cada uno.
Se hizo en las divisiones inferiores de Boca. Allí empezó el idilio con la institución. Jugó en la primera división desde 1971 hasta 1984. En diciembre de ese año, se puso por última vez la casaca azul y oro. Fue en cancha de Huracán, donde Boca Juniors derrotó a Rosario Central y lo mandó al descenso. Trece años de pura gloria en la primera Xeneize.
En sus comienzos, Mouzo jugaba de N° 2 junto a Roberto Rogel, luego empezaría de N° 6, su puesto natural. Ganó todo con Boca Juniors, Campeonatos Nacionales, Metropolitanos, Libertadores e Intercontinental. También dio la vuelta olímpica en el Boca, versión 1981 de Maradona y Brindisi, entre otros.
Roberto Mouzo, con su garra, con su estado físico siempre impecable, con su fortaleza física y anímica, sumadas a su hombría de bien, supo ganarse el respeto y el cariño eterno de los hinchas Xeneizes.
Fugaz paso por Estudiantes de Río Cuarto (Córdoba), en un Campeonato Nacional. En un encuentro, disputado también en cancha de Huracán, tuvo la responsabilidad profesional de patear un tiro penal. El rival era nada más ni nada menos que su amado Boca Juniors. Mouzo tiró y convirtió el tanto, bajó la cabeza y caminó lentamente hacia el centro del campo de juego. La tribuna de Boca aplaudió el gol y ovacionó al jugador.
Tiempo después, Roberto Mouzo nos confesaría que en ese encuentro vivió una de las tristezas más grandes de su carrera, al haberle hecho un gol a Boca Juniors. ¡Un grande con todas las letras!.
Hoy en día dirige a una de las categorías de divisiones inferiores de Boca Juniors, sacándolo campeón.
Gracias Roberto por tanto sentimiento hacia Boca Juniors.
Basile rompió el silencio: Después de casi cuatro meses, habló con la prensa

El Coco Basile finalmente se dignó a dialogar con los medios de prensa, luego de exactamente 111 días.
En la conferencia realizada en Tandil, nuestro entrenador dejó varias frases para destacar, que detallaremos a continuación:
- "Me sacaron de contexto tres o cuatro veces seguidas y me calenté. Para qué iba a hablar si me cambian la versión. Pero ya está, vamos a empezar un año nuevo, quiero que el hincha de Boca esté enterado de todo".
- "Nunca me quise ir ni renuncié, yo me relaciono directamente con Bianchi. No sé de dónde salió todo ese quilombo que hicieron, nadie me convenció de nada porque no renuncié".
- "El semestre pasado sufrimos muchísimas lesiones, y en jugadores fundamentales como Riquelme y Battaglia. Lo de los lesionados fue increíble, nunca me había pasado de tener una mala racha así. También sufrimos con las citaciones de los jugadores a las selecciones, tanto viaje los cansaba mucho".
- "Nunca pude formar el equipo de memoria como quería, Falcioni lo hizo con Banfield y salió campeón. Aprovecho para felicitarlo".
- "El tema refuerzos los maneja la dirigencia y el manager, yo voy a esperar. Pedí que se quede el Pato. En algún momento habían dicho que yo quería otro arquero, yo quiero que se quede él".
- "Gaitán anduvo bien de delantero porque no tiene mucha resistencia física. Va a ser una de las joyas del fútbol nacional, es atrevido y tiene personalidad hasta para contestar".
La palabra del manager: Bianchi habló del presente y futuro del equipo

Luego de mucho tiempo, Carlos Bianchi habló con la prensa, a la cual le expresó sus pensamientos sobre el presente y futuro de nuestro primer equipo.
A continuación detallaremos los comentarios más salientes del Virrey:
- “Creo que estamos trabajando bien, pero no es fácil porque en el fútbol no siempre cuando se trabaja bien se gana, ni siempre cuando se trabaja mal se pierde. Entonces estamos tratando de hacer las cosas bien, de formar un buen grupo y de traer jugadores donde hace falta. Yo deseo que a Boca las cosas le vayan bien”.
- “Sabemos que vamos a sufrir la falta de Sebastián Battagalia, porque es un referente. Pero tenemos que saber que Ariel Rosada terminó jugando los 19 partidos. Ya sea de titular o de suplente, terminó jugando los 19. Y eso demuestra también que se supo aclimatar y volver al fútbol argentino y pudo rendirle a Boca como él puede”.
- “Pienso que Matías Giménez tiene una trayectoria activa y que fue un buen jugador aquí. Si uno se pone a pensar, en 2008, junto con Dátolo, fueron los mejores jugadores en ese puesto. Ahora esperamos que pueda rendir en Boca todo lo que demostró en Tigre”.
- “Se traerán jugadores donde haga falta. La situación está dada como para que se pueda reforzar el equipo como lo desea uno”.
-. “No es que yo tenga algo contra el periodismo, sino que lamentablemente el fútbol está casi todo en la Capital Federal y entonces debería dedicarle mucho tiempo. Por haber vivido mucho tiempo en Europa, casi veinte años, uno sabe muy bien que lo que pasa en Torino no le interesa a Roma, y lo que pasa en Roma no interesa en Milano, o lo que pasa en Bilbao no interesa en Madrid y lo que pasa en La Coruña no interesa en Barcelona. Acá tenemos casi todo el fútbol en la Capital y si uno tiene que ser lógico, tendría que hablar con todos los medios y el día sería demasiado corto”.
“Cada uno dice lo que quiere, pero creo que todos los periodistas argentinos tienen mi teléfono y cuando me llaman, yo respondo. Creo que soy bastante coherente en mis actitudes”.